jueves, 24 de abril de 2014

Esdrújulas

Tuvimos una historia de esdrújulas.
Fue un cuerpo a cuerpo dramático
un viaje bélico
nunca hubo cálculo
no fue didáctico
más bien estúpido
tal vez romántico
y nunca cálido.

Te di mis lágrimas
tú a mí tu música
pero sintética
no había métrica
tú en octosílabos
y yo en prosa.

Aquí
    se rompió 
               la rima
por eso nunca fue posible
porque lo llamábamos lo nuestro

pero lo apellidamos fatídico.

martes, 15 de abril de 2014

Silueta

Se miró en el espejo. La oscuridad de la estancia y la luz al fondo dibujó su solitaria silueta en el cristal. Sus curvas, su pelo cayendo sobre los hombros, cada uno de sus dedos como arma arrojadiza.

Se puso de perfil. Paseó, con suavidad, los dedos por su contorno. El cuello, el pecho, el costado, sus muslos, mientras observaba en silencio la escena. La de un cuerpo que conocía a la perfección pero que se le tornaba desconocido a cada instante.

Dejó caer la cabeza hacia atrás y se colocó frente al cristal. La oscuridad y su cuerpo impidiendo el paso de luz no permitieron que se pudiera contemplar el recorrido que habían tomado sus dedos, delicados dardos sobre el satén de una piel humedecida por el aumento de temperatura, al vaivén de la excitación.

Un leve gemido quebró la estancia. La respiración agitada, el calor, el sonido que hace el placer al abrirse paso a través de las yemas de los dedos. Sus movimientos la hicieron ponerse de nuevo de perfil y el foco de luz dibujó una vez más su silueta y sus acciones.

Mostró como una de sus manos recorría su cuerpo mientras la otra se perdía en convulsos movimientos esperando que su compañera fuera a buscarla, entrelazando sus dedos a un ritmo cada vez mayor, pidiéndose paso de manera lenta y después vertiginosa, ansioso de tocar los acordes perfectos de una banda sonora llamada placer con un gemido como última nota. 

El éxtasis se volvió líquido, se tornó en temblor y fuego en las entrañas.

E inexorablemente, todo se conectó con el lagrimal. 

lunes, 7 de abril de 2014

Sin título

Dientes de espuma.

Alimaña embravecida sin motivo alguno.

Como si clamara que la tierra que pisas es suya

y que solo vives un préstamo.

Destructivo y letal bocado.

Dañino e insolente zarpazo.

Aciago insulto.

Sin respeto alguno.