No soy mujer de futuros lejanos. No me planteo dónde me veré
dentro de diez años. He dejado de pensar incluso en qué será de mí de aquí a un
mes. Asimilo y digiero el presente a mi manera. Pienso en hoy. Y hoy tengo
claro que todos debemos aprender a pedir perdón.
Sobre todo, a nosotros mismos.
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