Los que miran el vaso medio vacío convierten esa medalla de
plata en un fracaso, en un premio de consolación a eso que tanto ansiaban. Ven
desolados a otras personas llevándose eso que tanto se quiere, que tanto se
necesita, pensando sin cesar en la sensación tan placentera que sería poder
saber qué se siente siendo victorioso, teniendo en su pecho el trofeo que tanto se anhela.
Hoy me siento un poco segundona. Con el run run de quien
sabe que podía haber dado más de uno mismo pero que se siente sin ideas y sin
fuerzas para conseguir sus objetivos. Sabiendo que hoy, alguien disfruta del premio de una carrera por el que luché pero que nunca fue mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario