jueves, 18 de abril de 2013

El tamaño sí importa


Tras unas semanas sin parar por aquí, llegó la hora de volver a disparar en este diario digital. Y qué mejor manera de hacerlo que poniendo letras a mi realidad. Estoy en PARO. Hay que fastidiarse cómo cuatro letras pueden entrar en la vida de alguien como un tsunami y provocar el caos, que también tiene cuatro letras. Es curioso la relación directamente proporcional entre la brevedad de algunos términos y su importancia y contundencia: vida, amor, odio, fe…  Cuanto más pequeña es la palabra, más jode.

Mi vida laboral se quedó en pause el pasado 5 de abril y todavía estoy haciéndome a la idea de que tengo que comenzar de cero. Ahora es cuando hay que decir eso de que no pasa nada, que será algo temporal, que estoy llena de energía y fuerza para seguir adelante. En el fondo es así, solo que tengo que aprender a que ese fondo sea permanente y no algo temporal. Esto saldrá adelante, y yo saldré del pause,  en el momento que consiga pasar cuatro días seguidos pensando que es posible sin un momento de bajón, de plantearme si quizá ha terminado una etapa de mi vida y ya nada será igual.

Eso es lo complicado. Sobre todo porque tampoco sé si quiero que todo sea igual. Quizá llegó la hora de demostrarme que soy capaz de abrir nuevos caminos, de hacer cosas nuevas, aunque no sepa realmente ni qué caminos ni cuáles son esas cosas. No sé realmente qué leches quiero. Estoy hecha un lío… Mira, lío, otra palabra corta que suele dar por saco.  

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