Busca solo aquellas personas que te hagan la vida más fácil.
Que te hagan el camino menos duro. Que te protejan, que estén ahí y, sobre
todo, que tú sientas que eso es mutuo, que tú también se lo vas a dar a ellos
sin sentirte una extraña.
Chantajistas y gente con malas tretas te vas a encontrar en
esta vida a cientos. Gentes que te usen para un beneficio personal y que,
cuando ya no les reportes dicho beneficio, cambien radicalmente y se marchen.Te lo podrán hacer hasta personas por las que habrías dado la vida. Recuerda siempre asegurarte antes si ellos estarían dispuestos a darla por ti.
También
encontrarás quienes utilizan el ultimátum, los chantajes emocionales, las tretas
para estar siempre presentes, que hacen gala de la explotación máxima de lo
adquirido en el pasado como si fuera una propiedad… Esas personas, al final, se
llevarán el gato al agua. Te adelantarán por la derecha y se quedarán con lo que tú quieres. Pero recuerda que si es así, no es porque tú hayas
errado aunque el desatino bien merezca reflexión. Si 'pierdes' será porque otra persona se ha permitido caer en esas tretas.
Tú no eres así, no seas así. Da espacio, no fuerces, no
merece la pena. Que quien decida quedarse en tu camino, sea de la manera que
sea, lo haga porque lo disfrute. Quizá no seas la más guapa, quizá no seas la más
elocuente con tus argumentos, ni impresiones cada vez que hablas. Es posible que, aun teniendo más sesos que otra persona, pases desapercibida o, incluso, alguno piense que no seas digna de presentación en determinados ámbitos. Recuerda que el conocimiento está en los libros, puede adquirirse. No tiene mérito vomitar ideas ajenas para impresionar al respetable. No vaya a ser que en una de esas arcadas se vaya por el desagüe también la verdadera inteligencia que suele ser aquella de la que no se alardea.
Lo importante en esta vida no se vende, ni se compra.
Tú sabes mejor que nadie lo que es ostentar la virtud de saber estar ahí para dar
esas cosas que no se pagan con dinero: lealtad, compromiso, sinceridad, ternura, aliento, pasión, complicidad, abrazos, miradas, caricias… Cosas que para algunas
personas no sirven de nada, pero que hasta el más odioso ser necesita en algún momento.
Sin embargo, el mundo es demasiado miedoso para reconocer
ciertas debilidades, temendamente orgulloso para quedarse en cueros y flaquear. No te contagies de esa mediocridad de alma.Es una enfermedad crónica para la que nunca habrá cura.
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