Insistiendo en que mi mejor yo se quede escondido.
Ninguneando mi capacidad de ver las cosas desde otra
perspectiva.
Sesgando a ratos el brillo que tenía al mirarme al espejo.
Empañando mis dotes de seducción.
Guardando en un armario las indestructibles ganas.
Urdiendo multiplicar por cien mis miedos.
Recordándome a cada minuto que estoy fallando a la
gente pero, sobre todo, a mí.
Igualándome a quien siempre critiqué.
Dándole al botón de accionar la montaña rusa.
Apagando la luz de manera intermitente.
Dentro de poco, o quizá algo más, acabaré contigo.
Firmado:
Y es que ya va siendo hora de llamar a las cosas por su
nombre…
O de ponerse del lado de los que ganan.
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